sábado, 5 de marzo de 2011

Cuando el derecho a decidir es indispensable para no morir

(Por el Espacio de Mujeres del Frente Popular Darío Santillán en el ALBA de los Movimientos Sociales)
Alrededor de 19 millones de mujeres pobres se someten en el mundo a abortos inseguros, mientras que el 13% de ellas mueren como consecuencia de esta práctica. En la Argentina se realizan, aproximadamente, 500.000 abortos clandestinos por año. Cerca de 68.000 mujeres se hospitalizan anualmente por diversas complicaciones derivadas de esta práctica. La penalización del aborto conduce a la inevitable criminalización de la mujer y constituye una forma más de violencia, siendo el aborto una de las principales razones de la mortalidad materna.  EL ABORTO ES LA PRINCIPAL CASUA DE MORTALIDAD MATERNA.

Las polémicas generadas entorno a la legalización del aborto son de larga data. Sin embargo, cada vez se visibiliza con más fuerza la importancia de que esta práctica no sea penalizada. El discurso de la vida del niño/a por nacer, eje de la Iglesia Católica y los sectores conservadores de la sociedad, demoniza junto al aborto a  los movimientos de mujeres, la educación sexual, el derecho al placer, la diversidad sexual y a la anticoncepción.

La maternidad se ha concebido por siglos,  para la cultura patriarcal, como la realización de la mujer, es decir asociado a su carácter de madre. Por lo tanto, el embarazo aparece muchas veces como algo natural, biológico, dejando a un lado la posibilidad de pensarlo, de elegirlo como parte de un proceso de planificación y decisión de la mujer sea sola o en pareja- Asimismo, a partir de los datos relevados por el Ministerio de Salud, se estima que  una de cada 530 mujeres corre el  riesgo de morir por causas relacionadas con el embarazo, el parto o la maternidad; el 24, 2% de la mortalidad materna es por embarazos terminados en abortos, y que, por cada embarazada que pierde la vida, alrededor de 20 mujeres  padecen  enfermedades o lesiones derivadas por  la clandestinidad del aborto.

A su vez, muchas de las mujeres que se someten a métodos abortivos inseguros deben enfrentar la atención hospitalaria post aborto, donde al llegar con un aborto incompleto, entre otras complicaciones, suelen ser maltratadas por el personal de salud. 

La condena legalEl Código Penal tipifica un capítulo bajo el título “Delitos contra la vida”, donde además del aborto, se sanciona otros tipos penales como, homicidio, instigación al suicidio, lesiones, duelo, abuso de armas y abandono de personas. Este texto fue redactado en 1922, exceptuando el artículo 86, que tuvo cuatro modificaciones hasta 1984 que retoma la redacción original. La ley establece penas tanto para la mujer que se lo practica como para quien realiza el procedimiento.

La disputa entre las dos interpretaciones  del inciso 2 del artículo 86 sobre los casos en que la ley contempla el aborto no punible, se convierte en un claro abuso sobre los derechos de las mujeres. En el inciso 2 la ley  manifiesta la legalidad, “cuando el embarazo  proviene de una violación o de un atentado al pudor cometido sobre una mujer idiota o demente”. Mientras que el inciso 1 explicita la no punibilidad “cuando está en peligro  la vida o la salud de la mujer y si este peligro no puede ser evitado por otros medios”.

Esta dualidad interpretativa genera un tiempo de espera y definición entre la salud y la justicia,  mientras en el medio la mujer debe soportar la continuación traumática de un embarazo no deseado.

En este sentido, el derecho que tiene toda mujer a decidir voluntariamente la interrupción de su embarazo durante las primeras doce semanas del proceso gestacional, es lo esencial del proyecto de ley presentado por la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal Seguro y Gratuito.

A lo largo de 26 años se han presentado 40 proyectos de ley para la despenalización del aborto; sin embargo nunca ha llegado su tratamiento más allá de las comisiones parlamentarias. En el 2010 se presentó un proyecto de ley por el derecho de las mujeres a interrumpir voluntariamente el embarazo durante las primeras doce semanas, que es una continuidad del Proyecto de Ley para Legalizar el Aborto presentado por la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito, en 2007, con 42 firmas de diputados y diputadas.

Esta demanda histórica, continúa siendo estigmatizada por sectores de la derecha conservadora, siendo su principal portavoz la iglesia católica. Pero en el mientras tanto está la vida de las mujeres que se debate entre  la desesperación, la humillación, la innecesaria judicialización de los casos, el tiempo que  debe esperar ante las idas y vueltas que se generan entre los centros de salud y la justicia y siguen siendo vulnerados los derechos humanas.

Como consecuencia, sobreviene el aborto clandestino o una maternidad forzada. Los riegos, la discriminación, las muertes. El silencio que refuerza la condición condenatoria de la mujer. La negativa hacia la despenalización del aborto, “la doble” interpretación de la ley, el letargo en el tratamiento del proyecto en la legislatura,  pese a la expresa opinión a favor de vastos sectores de la sociedad, manifiesta la postergación de los derechos de las mujeres a decidir sobre su propio cuerpo y vida, convirtiendo esta situación en una constante violencia política hacia la salud integral de las mujeres.

Todo esto agudizado y profundizado con la presencia de esta nueva cruzada de la derecha mundial que durante enero de 2011 eligió el parlamento argentino, especialmente el senado, para organizarse contra los avances de los derechos civiles y humanos más elementales de la sociedad moderna.

Con la presencia de parlamentarios argentinos, de otras latitudes latinoamericanas, de Italia y del partido republicano de Estados Unidos, realizaron encuentros junto con obispos como Baseoto, los más conservadores de nuestro país sistemáticamente en contra de las leyes de divorcio en los 80, de matrimonio igualitario en el 2010 y siempre contra cualquier iniciativa de despenalizar el aborto y brindar educación sexual en las escuelas.

Sin dudas, los vientos de legislaciones positivas que dan cuenta de la necesidad de conceder derechos que han costado años de luchas y organización del pueblo latinoamericano, son el blanco más importante de esta derecha escapada de un relato de las cruzadas medioevales. Y no casualmente es esa misma derecha la que una y otra vez en cada uno de nuesetros países mestizos latinoamericanos, desestabiliza gobiernos, genera discursos de terror y silencia o se manifiesta abiertamente en contra de cualquier intento de condena a los responsables y ejecutores de los genocidios y crímenes políticos que los 60 y 70 tuvieron como blanco nuestro continente.

Por eso redoblamos nuestra lucha y nos proponemos que este año 2011 sea el de la despenalización del aborto en Argentina. Y una vez más decimos:


¡¡¡¡¡EDUCACIÓN SEXUAL PARA DECIDIR, ANTICONCEPTIVOS PARA NO ABORTAR, ABORTO LEGAL, SEGURO Y GRATUITO PARA NO MORIR!!!!


Espacio de Mujeres del Frente Popular Darío Santillán
en el

ALBA de los Movimientos Sociales

-Capítulo Argentina- 

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